Friday, August 5, 2011

#128

Entro poco en las altas esferas, cenas de gala, normas de protocolo y esas cosas. Os juro que esto lo vi, que nadie me tome por mentiroso. Una cena de esas de mucha pompa, donde el único que puede valorar el grado de perversión es el pobre que va como novato. Ya sabéis que cuando se come marisco en restaurantes de categoría te dan una servilletita húmeda para limpiarte las manos. Bueno, la versión pobre va en una dosis individual, los ricos de verdad se la dan calentita y con unas pinzas. Pues os juro que les daban otra más pequeñita y seca. Y que con ella se limpiaban la lengua.

Que si coño, era un trozo de papel seco, y se limpiaba la lengua con el mismo gesto de distinción con el que las señoritas se limpian la boca, dándose toquecitos muy suaves. Todo era música de Schubert y gente limpiándose las lenguas con celulosa seca. El protocolo no terminaba ahí. Los verdaderos sires, los de alta familia, se limpian muy atrás de la lengua, el protocolo dice que hay que profundizar hasta que te venga la primera arcada, solo una. Se llama “ARCADA DE CORTESIA” y en ese momento el chef sale y agradece a los presentes esa arcada, porque es un síntoma de que la cena a gustado. No sé, algo así como me limpio y me ha gustado tanto que regurgito un poquito con esta arcada para paladearla de nuevo.

De verdad esta gente necesita de vez el cuándo que alguien les ligue a la realidad, porque estas aberraciones se les van de las manos. Yo no use la mierda esa os lo juro. Bueno hice como si la usara un poco por no desentonar pero no hice lo de la arcada de cortesía.

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