Sunday, April 24, 2011

#39

Sabéis la expresión cuando quieres que alguien te espere "Dame un minuto". Que se la digas a alguien y que se busque en los bolsillos como viendo a ver si lo encuentra para dártelo. Su servicialidad es tal que se siente en el apuro de dártelo. ¿No ves que no es algo material? ¡No puedes, no puedes coger un minuto con las manos y dárselo a a alguien! No existe esa categoría de otorgar un minuto como el acto ritual de entregar algo a alguien. El tío te mira como quien no tiene dinero, así arqueando las cejas, sacando la tela blanca de los bolsillos como para demostrarte que de verdad no tiene ese minuto. Démosle una vuelta de tuerca. Entrar en su dinámica, su dinámica de tontuna y estulticia, esa falta total de lucidez discernitoria y ponerte a su nivel. Exigirle ese minuto como a quien te debe dinero, con mucha fruición, ¡Dámelo! ¡Dame ese tiempo que me debes! Como una especie de juego empático que se ha convertido en algo muy serio. Joder, que al final el tío se saque del bolsillo de atrás un pequeño ser amorfo, cuando ya se ve muy presionado y lo tienes cogido por el cuello, que saque un pequeño ser amorfo como con bracitos. Y te diga, "Tómalo, aquí está tu minuto" y que en realidad lo que te haya dado sea un minuto de la vida de su hijo. Tú vas a vivir un minuto más y su hijo va a vivir un minuto menos por tu culpa. Un rollo así como de mafia de la cuarta dimensión que le roba tiempo a las personas. La idea de que los tan de moda bancos de tiempo funcionen así en realidad.

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