Friday, April 22, 2011

#37

Un tío que piensa que los minusválidos no existen. Él los ve como una organización que tiene privilegios para aparcar, descuentos por doquier y que las sillas de ruedas y demás son solo parte de su estética. No siente ninguna compasión por ellos, sino que los admira y los envidia como a una tribu urbana que lo peta muchísimo. Para él son los guays, y como suele ser habitual, no sale de sus trece cuando alguien intenta hacerlo entrar en razón. Cuando se encuentra a uno por la calle le sonríe con complicidad como diciendo "Amigo, conozco vuestro secreto, algún día seré como vosotros..." y les guiña un ojo. Un desconcierto total. Cuando conoce a alguno intenta preguntarle que dónde hay que apuntarse o qué hay que hacer para ser uno de ellos. Va a todos los partidos de baloncesto en silla de ruedas y sigue la liga con fervor. Piensa que las olimpiadas de verdad, las buenas son las paraolimpiadas y se queja de que no las pongan a todas horas por la tele. Lo vive mucho, pero sin la condescendencia típica a la que estamos acostumbrados; una admiración de verdad.

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