Thursday, June 16, 2011

#91

Una cita a ciegas de ciegos, ambos son ciegos y quedan en un bar. Las convenciones de una cita a ciegas no sirven en este caso, de nada vale decir iré con un libro y una rosa o llevaré un vestido amarillo. Para reconocerse han decidido que cada minuto dicen algo en voz muy alta e inconfundible, muy rollo murciélago que lanza ultrasonidos y espera recibir respuesta. Poneos en situación: estáis en un bar y entra un ciego que cada minuto grita "¡Plumier!" muy fuerte, al rato entra una ciega que cada minuto grita "¡Colibrí!". Lo primero que piensas es en el síndrome de Tourette. Las palabras han sido escogidas muy cuidadosamente, de primeras no saben cuál es la que el otro va a decir, es como su garantía, como no pueden ver si la otra persona es atractiva se fían de si va a escoger una palabra aceptable. Si ella escoge "cebolla" el tío se va porque seguro que es fea. Si las palabras escogidas gustan a ambos se van acercando gritándola con más frecuencia "¡Plumier!" "¡Colibrí!" "¡Plumier!" "¡Colibrí!", como en el juego de Marco Polo, hasta que al final se abrazan y piden algo en el bar.

1 comment:

  1. hay mucha belleza en esto, tanta que la palabra que me ha aparecido para poder hacer el post es "roloc", también de extrema belleza. Colibrí, Plumier, Roloc.

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