El mendigo digno siempre dice ¡NO! a los que se agachan a echarle una moneda en el recipiente. Necesita el dinero pero el orgullo es más fuerte.
- ¡No, por Dios, guarde su dinero!
La gente valora mucho esta nueva forma de mendicidad. Un movimiento de mendignidad surge entre los pobres de la ciudad, no aceptan tu dinero.
- ¡Seguro que usted lo necesita más!
Los hay más agresivos.
- ¡Métase su dinero donde le quepa, ricachón!
Esto ya no.
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