Un tío que tiene una tara poco perceptible pero muy seria. Cuando tiene que decir una cantidad exagerada para enfatizar la idea de que había mucho, le sale decir un número que se queda en tierra de nadie. Además le sale un número muy específico, nada de 100 o 1000. El tío ni se da cuenta de que su interlocutor duda entre pensar si esa cifra es la real o es una exageración.
Ejemplo:
-El otro día llamé a unos amigos para cenar en mi casa, y al final nos juntamos en mi casa 23.
-¿Y que cenasteis?
-Pues pedimos 5 pizzas para los 9 que éramos, así que sobró un montón.
Es jodidísimo, porque claro, se le queda fama de incoherente, pero el tío no lo hace aposta, él cree que se entiende cuando lo dice como número exagerado.
Hacer hincapié en lo jodido que es que la cifra se quede en esa tierra de nadie entre una cifra verdadera y asumible, y las cifras genéricas e inmensas que todo el mundo ve que es un recurso para mostrar exageración.
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