El otro día tuve un flash. Estaba escuchando un discurso que
les daba a estudiantes de derecho, y pensé en el tío que se los escribe. ¿Os imagináis
que el tío esta metido en asuntos muy chungos, cosas ilegales de gran calado? Y
que se comunica con sus socios mediante mensajes encriptados en los discursos
que le escribe al rey.
¿Que sangre fría no? Transmitir información delictiva por
boca del rey. ¿Quien va a sospechar? Pero a la vez es mucha presión, mucha
gente escuchando los discursos, y analizándolos. Un auténtico jugador de la
vida, podría mandar cartas, pero decide vivir a tope. Ya ve su jubilación de
oro cuando desvele todo le pastel y vaya a las televisiones a contarlo.
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